Ahora que está acabando el año y toca hacer balance, no voy a preguntar que tal ha ido todo porque ya sabemos que este 2020 ha sido una locura, pero, ahora a toro pasado, creo que hay que valorar que ha habido dos tipos de negocios:
- Los que tenían orden
- Los que no tenían orden
Y dirás ¿orden en qué? ¡Si a todos nos ha pillado mal! Por supuesto que a todos nos ha pillado mal, pero cuando tienes la empresa ordenada y hay que hacer recortes, es más sencillo ver por donde hay que recortar ¿o no?
Tanto si estamos hablando de recortar costes, como si estamos hablando de recortar personal, como si estamos hablando de recortar jornadas de trabajo… Si sabemos claramente lo que hace cada trabajador, el tiempo que invierte en cada tarea, los costes que me supone mantener ciertos hábitos, etc, es más sencillo hacer ajustes.
¿Qué significa el orden cuando hablamos de temas laborales?
Como mínimo:
- Tener el organigrama claro, los puestos de trabajo que existen.
- Las funciones o tareas de cada puesto, para que sirve ese puesto.
- Las responsabilidades de cada puesto, ante quién rinde cuentas.
- Que los contratos estén bien hechos, que detallen el puesto concreto, las tareas, responsabilidades, objetivos, etc. No uséis contratos tipo, no aclaran nada ni al jefe ni al trabajador, son tan genéricos que no sirven de nada.
- Que tengamos los contratos recopilados y ordenados, con sus prórrogas, sus anexos, sus modificaciones… listos para consultar si hay dudas.
- Un sistema salarial adecuado a la empresa y lo que quiere conseguir.
Beneficios del orden
- Evitas tener puestos de trabajo duplicados.
- Tienes claro quién es responsable de qué.
- No quedan tareas sin asignar de las que nadie es responsable.
- Puedes detectar desajustes salariales, incumplimiento de objetivos, finalizaciones de contrato próximas a vencer, previsión de jubilaciones…
En definitiva, las empresas solo suelen dar prioridad a los números, a sus finanzas, pero si el orden es parte de la cultura de la empresa, si se le da prioridad general, nos ayuda mucho a tener una visión clara y nos ayuda a tomar decisiones más rápidas.
Si lo que ha pasado este año volviera a suceder ¿estarías preparado? ¿sabrías por donde recortar o ajustar para sobrevivir o incluso aprovechar la situación?
Dale una pensadita… ¡Estamos a tiempo de volver a tomar el control de nuestra empresa!